miércoles, 29 de abril de 2009

Los residuos sanitarios de los hospitales

Cómo eliminar 23.000 toneladas
de residuos sanitarios


Los hospitales han comenzado a construir zonas para
procesar los desechos peligrosos, como las jeringuillas,
el material radiactivo o los restos de potentes tratamientos
oncológicos, para cumplir con el Protocolo de Kioto

Enrique Villalba
Madrid
Luis Sevillano

MATERIAL BIOSANITARIO.

Los trabajadores del hospital deben guardar gran
disciplina al deshacerse
del material inútil
La consulta del médico siempre se ha caracterizado
por ser un lugar aséptico en el que es vital la
limpieza y el cuidado en el uso de elementos
peligrosos. Gran parte del material sanitario
tiene un potencial patógeno muy importante y, por
ello, es vital su reciclaje. Elementos tan cotidianos como las
jeringuillas o las gasas deben pasar un exhaustivo tratamiento
medioambiental por su capacidad contaminante.
Cada año, se producen en España
más de 23.000 toneladas de productos de
uso médico peligrosos para la salud y
el medio ambiente que es necesario
eliminar. Por ello, multitud de centros
hospitalarios han comenzado a
invertir gran cantidad de dinero en
la creación de puntos limpios para
discriminar y procesar de manera
conveniente todo este material inútil.
La legislación española sobre tratamiento
de residuos sanitarios obliga
a los centros hospitalarios a la separación,
gestión y transporte de estos
productos hasta plantas de reciclaje
especializadas. Hasta hace dos años,
los hospitales dedicaban una ínfima
parte de sus recursos a esta tarea. Sin
embargo, la iniciativa institucional y
social de estas «ciudades de la salud»
ha revertido esta tendencia. Un ejemplo
de esta apuesta medioambiental es
el Punto Limpio del Hospital de La
Paz, en Madrid. Con sólo año y medio
de existencia, ya ha recibido el certifi -
cado que demuestra que cumple con
el Protocolo de Kioto en cuanto a
gestión y tratamiento de residuos. Su
construcción costó seis millones de
euros y, ahora mismo, es un referente
a nivel nacional.

E L T E M A D E L A S E M A N A

Y es que no ha hecho falta mucho
dinero para conseguir este
éxito. Sólo ha sido necesaria una
organización óptima de los recursos
y procedimientos del
hospital. Por ejemplo, La Paz
tiene 8.000 empleados. Tanto
movimiento diario genera una
montaña de basura que es necesario
separar y tratar. En el año
2006, este centro generó 2.900
toneladas de residuos. Y su tratamiento
comienza por los propios
trabajadores, que tienen que conocer
los protocolos de seguridad
y reciclaje de todo este material.
En cada sala médica se indica
claramente en qué contenedor se
coloca cada residuo y hasta qué
capacidad se puede llenar (sólo
hasta los cuatro quintos, para
evitar cortes o infecciones). Además,
para los materiales peligrosos
de laboratorio, hay peones
del hospital especializados en la
recogida de estos productos. Todos
llegan al punto limpio.
Este espacio funciona como un
aglutinador y gestor de estos residuos.
Cuenta con compactadores
de papel y vidrio y contenedores
para todo tipo de residuos. También
tiene cámaras acorazadas
especialmente preparadas para
los desechos más peligrosos.
Cuatro personas trabajan constantemente
para que este proceso
no se detenga en ningún momento
y que la gestión de la basura se
lleve a cabo cumpliendo todos los
protocolos de seguridad que marca
la ley. Según Ana del Prado,
técnico de gestión ambiental del
hospital, «los puntos limpios son
el mayor avance en gestión
medioambiental interna que poseen
los hospitales actualmente.
Favorecen la gestión, la segregación
y el reciclaje de productos,
así como la seguridad del centro.
Además, están situados de manera
estratégica para que este proceso
no afecte al trabajo diario de la
plantilla».
Diariamente, hasta allí llegan
elementos tan dispares como el
papel, el vidrio, los envases plásticos
no sanitarios, la madera, el
metal, los elementos electrónicos y
los eléctricos. Cada uno de ellos, recibe
su tratamiento convencional en
el propio punto limpio. Pero hay tres
categorías de producto que son las
que requieren mayor seguridad y una
explicación más profunda: los residuos
biosanitarios, los citostáticos y
los químicos.

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